La diversidad en educación representa un rango de ideas e iniciativas para crear ambientes de aprendizaje que sean seguros, inclusivos y equitativos para tantas identidades como sea posible.
Reconocer, promover y desarrollar la sensibilidad hacia las necesidades de las personas son propósitos primarios de la diversidad educativa.
Los estudios muestran que en clases heterogéneas todos los alumnos aprenden más y mejor.
Por tanto, no hay mejor método de ayudar a la formación de ciudadanos tolerantes que empezar temprano y prestar atención a la importancia de la diversidad en los centros educativos.
La atención a la diversidad, debe ser entendida como un conjunto de actuaciones dirigidas a dar respuesta a las diferentes capacidades, ritmos y estilos de aprendizaje, motivaciones e intereses, situaciones sociales, culturales, lingüísticas y de salud del alumnado.
Los principios que rigen la atención a la diversidad en los centros educativos de Asturias son:
- Diversidad: entendiendo que de este modo se garantiza el desarrollo de todos los alumnos y las alumnas a la vez que una atención personalizada en función de las necesidades de cada uno.
- Inclusión: se debe procurar que todo el alumnado alcance similares objetivos, partiendo de la no discriminación y no separación en función de la o las condiciones de cada niño o niña, ofreciendo a todos ellos las mejores condiciones y oportunidades e implicándolos en las mismas actividades, apropiadas para su edad.
- Normalidad: han de incorporarse al desarrollo normal y ordinario de las actividades y de la vida académica de los centros docentes.
- Flexibilidad: deberán ser flexibles para que el alumnado pueda acceder a ellas en distintos momentos de acuerdo con sus necesidades.
- Contextualización: deben adaptarse al contexto social, familiar, cultural, étnico o lingüístico del alumnado.
- Perspectiva múltiple: el diseño por parte de los centros se hará adoptando distintos puntos de vista para superar estereotipos, prejuicios sociales y discriminaciones de cualquier clase y para procurar la integración del alumnado.
- Expectativas positivas: deben favorecer la autonomía personal, la autoestima y la generación de expectativas positivas en el alumnado y en su entorno socio-familiar.
- Validación de los resultados: habrán de validarse por el grado de consecución de los objetivos y por los resultados del alumnado a quienes se aplican.
Todos ellos se concretan y desarrollan desde la administración educativa competente y se contextualizan dentro de los Planes de Atención a la Diversidad (PAD) de cada centro en función de las características de su contexto y de los recursos disponibles.
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